para consolarle por la indiferencia y el rechazo de Sus hijos en la tierra.
«He aquí el Corazón que tanto ha amado al hombre
y que, a cambio, es tan poco amado...»
( Queja amorosa de nuestro dulce Jesús a Santa Margarita María Alacoque)
Oh Corazón misericordioso de Jesús, no soy digno de ser escuchado, pero Vuestra misericordia es más grande que mi miseria, y a ella me dirijo para obtener la gracia que busco durante esta novena. Por Vuestra infinita misericordia, no rechacéis mi humilde oración, oh amado Corazón, sino dignaos concederla. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh, Corazón compasivo de Jesús, que habéis conocido todas las angustias y amarguras, Os ruego que tengáis compasión de mi angustia, acudid al rescate de mi desgracia; levantadme, protegedme, consoladme, salvadme. Os elevo mi oración ardiente y confiada; escuchadla, oh Sagrado Corazón, y concededla. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh Corazón herido de Jesús, Corazón desgarrado por amor a mí, recordad que la lanza del soldado me ha abierto la entrada a ese puerto misterioso donde debo encontrar la salvación. Dejadme entrar en Vuestra sagrada herida, y en nombre de esta divina herida, siempre abierta para hablarme de Vuestro amor, oh tierno Corazón de Jesús, escuchad mis súplicas y concededme todos mis deseos. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh Corazón agonizante de Jesús, abrumado por el dolor y el miedo en el Huerto de los Olivos, embriagado por la ignominia en Vuestra Pasión, y abandonado por Vuestro Padre en el madero de la cruz; por estos dolores indecibles que habéis soportado por amor a mí, purificad, santificad y salvad a todos los que me son queridos, a todos los que esperan en Vos, a todos los que están lejos de Vos. Por Vuestra cruel agonía, oh Sagrado Corazón de Jesús, tened piedad de mis angustias y ponedles fin. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh Corazón fidelísimo de Jesús, Corazón que habéis prometido ayudar a los que esperan en Vos, conmovedme con la confianza que tengo en Vuestra inefable ternura. Oh, que no se diga que habéis sido invocado en vano, y que habéis rechazado la oración de un corazón confiado que Os implora. Con fe viva y profunda humildad Os ruego, oh Corazón divino, fuente de todas las gracias, que seáis mi salvación y me deis la ayuda y el consuelo que tanto necesito. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh Corazón generoso de Jesús, Corazón magnánimo, Corazón cuyas riquezas son inagotables, ¿qué haríais con Vuestros inmensos tesoros si no los dierais a Vuestras pobres y débiles criaturas? Os imploro, proporcionad Vuestros dones a mi pobreza; no tengo nada, derramad abundantemente Vuestras inefables gracias en mi alma, conceded a mis ardientes súplicas los favores que espero de Vuestra infinita liberalidad. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh amantísimo Corazón de Jesús, adorable Corazón tan digno de ser amado, por este inmenso amor que me habéis mostrado con Vuestra vida, Vuestra pasión y Vuestra muerte, encended mi alma con el fuego sagrado de Vuestra caridad. Por este inmenso amor que constantemente me mostráis permaneciendo noche y día vivo en la Eucaristía y prisionero del Sagrario, oh Corazón Eucarístico de Jesús, haced que Os ame más que a nada. Amén.
Pater, Ave, Gloria.
Oh poderosímo Corazón de Jesús, nada se hace sino lo que Vos queréis, nada sucede sino lo que Vos permitís. Al concluir esta novena, que he hecho con ilimitada confianza en Vuestro poder y bondad, qué puedo hacer mejor que entregarme enteramente a Vuestra divina voluntad, para que Vuestro adorable Corazón sea en este momento mi seguro refugio y mi supremo consuelo. Amén.
Pater, Ave, Gloria.