- Señor, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros. - Jesucristo, tened piedad de nosotros.
Jesucristo, tened piedad de nosotros. - Señor, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros. - Jesucristo, escuchadnos.
Jesucristo, oídnos. - Dios, Padre celestial, que preparasteis una morada digna para Vuestro Hijo por medio de la Inmaculada Concepción,
Tened piedad de nosotros. - Dios, Hijo Redentor del mundo, que redimisteis a Vuestra Madre por la aplicación anticipada de Vuestros méritos,
Tened piedad de nosotros. - Dios, Espíritu Santo, que vivificasteis a María desde Su inmaculada Concepción,
Tened piedad de nosotros. - Santísima Trinidad, un solo Dios, que predestinasteis a María en Su Inmaculada Concepción antes de todos los tiempos,
Tened piedad de nosotros.
- Oh María, concebida sin pecado, Hija amada del Padre eterno,
- rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
- Oh María, concebida sin pecado, dignísima Madre del Hijo de Dios,
- rogad por nosotros que...
- Oh María, concebida sin pecado, Virgen purísima y Esposa del Espíritu Santo,
- Oh María, enriquecida con todos los dones sobrenaturales de Vuestra concepción inmaculada,
- Oh María, Vos que sólo entre todas las criaturas fuisteis preservada del pecado original,
- Oh María, adornada en Vuestra Inmaculada Concepción con la plenitud de las más señaladas gracias,
- Oh María, a quien la prerrogativa de Vuestra Concepción inmaculada da preeminencia sobre todo lo creado,
- Oh María, que desde Vuestra entrada en el mundo siempre habéis aparecido como el sol cuando avanza en su carrera,
- Oh María, que por Vuestra Concepción inmaculada fuisteis preservada de la triple concupiscencia,
- Oh María, toda bella y sin mancha,
- Oh María, santuario de la Sabiduría encarnada,
- Oh María, madre del buen consejo,
- Oh María, madre de la buena esperanza,
- Oh María, madre del buen socorro,
- Oh María, madre de la gracia,
- Oh María, madre del dulce consuelo,
- Oh María, madre del amor hermoso,
- Oh María, aurora de los días más hermosos,
- Oh María, lirio de pureza más blanco que la nieve,
- Oh María, nueva Eva, que aplastó la cabeza de la serpiente,
- Oh María, cuya Inmaculada Concepción es la gloria y la felicidad de la Iglesia triunfante y militante,
- Oh María, Vos que inundáis de alegría el corazón de Vuestros hijos,
- Oh María, cuyo nombre está lleno de dulzura y bendición,
- Oh María, modelo de vida de fe, esperanza y amor,
- Oh María, torre inexpugnable para los enemigos de nuestra salvación,
- Oh María, Madre de Jesús y siempre Virgen, Madre Inmaculada,
- Oh María, Virgen y Madre, bendita sobre todas las mujeres,
- Oh María, depositaria y dispensadora de las gracias que Jesús concede a los cristianos,
- Oh María, esperanza y consuelo de los afligidos, los enfermos y los moribundos,
- Oh María, poderosísima y liberalísima protectora de los que Te invocan,
- Oh María, Vos que, después de Jesús, sois toda la alegría y la felicidad de los pobres hijos de Adán,
- Oh María, puerta radiante de la gloria y las delicias del paraíso,
- Oh María, arco iris de gloria y esplendor de los bienaventurados del cielo,
- Oh María, cuyo corazón se inundó de un océano de dolor al pie de la cruz,
- Oh María, concebida sin pecado,
atraednos con la fragancia de Vuestras virtudes y conducidnos al Cielo.
- Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo,
- perdonadnos, Señor.
- Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo,
- escuchadnos, Señor.
- Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo,
- tened piedad de nosotros.
- Fuisteis concebida sin pecado, oh Virgen María.
- Rogad por nosotros a Dios Padre, cuyo Hijo habéis engendrado.
Oremos – Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María habéis preparado para Vuestro Hijo una digna morada en Su seno virginal, y que también La habéis preservada de toda mancha para el honor de ese mismo Hijo, dignaos, Os rogamos, de concedernos la gracia, por Su intercesión, de purificarnos de todo pecado, de preservarnos de toda recaída, y de ayudarnos a imitar Sus virtudes, para que alcancemos la felicidad de poseeros para siempre. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.